viernes, 31 de octubre de 2014

HALLOWEEN: AL FINAL DE LA NOCHE - NICOLLE GONZALEZ

Estaba en la casa de mi mejor amiga. Es una de estas noches en la que todo parece frío, en la que los árboles mueven sus hojas de una manera solitaria, provocando sonidos que te generan el más penetrante miedo en la oscuridad de la noche. Puede sonar chistoso, pero incluso puedes pensar que hay un hombre con hacha dentro de la casa. Mi amiga Tory es de estas a la que le gustan mucho las historia de terror; sin embargo, a mí no me agradan para nada. Estabamos en una pijamada con varios amigos, los que más cómodo se sentían eran Marck y Keitle, esta última contaba una de esas viejas leyendas.
—Recuerdo una leyenda que muchos dicen que es un mito pero, para mí es algo real… la de “La niña fea del columpio”.
»Una nena de 7 años con una de 9 años se encontraban jugando a altas horas de la noche en la plaza, muy tarde para que dos pequeñas estuvieran ahí, luego vieron en el columpio a una niña de espaldas, ella no se daba vuelta, pero cuando le preguntaron si quería jugar, la pequeña no respondió, sin embargo se acercaron y le tocaron el hombro para que jugara con ellas, la ñiña giró su cabeza lo suficiente como para mirarlas de frente, de una manera completamente antinatural, con sus ojos rojos y su rostro de profunda tristeza y odio.
Aun las niñas frente a ese rostro horrible de una niña demacrada, no pudieron correr de ella, pero el pánico las envolvió y salieron corriendo. Luego de esa noche, todas las veces que cerraban los ojos, veían el rostro de esa “niña fea”. Al tiempo enfermaron las niñas de una manera terrible, su rostro cada vez más triste y decadente y la sangre queriendo explotar los globos oculares de esas pequeñas niñitas. Tiempo después, unos chicos fueron a ver si veían algo en la noche, pero solamen
te vieron en movimiento el columpio sin que nadie estuviese en él, todavía no se sabe si esta leyenda ocurrió o que fue realmente lo que pasó aquel día.
—¡KEITLE! —grité—, ya saben ustedes que esas historias me dan escalofríos, es como si lo hicieran apropósito.
Todos se pusieron en contra mía y continuaron con sus historias escalofriantes, Luego de unos minutos entro Tory a la habitación con unos Refrescos Rojos y Marck agrego:
—Esta es la Sangre de la nena del columpio —rió a carcajadas y todos soltamos el refresco.
Tory apagó la luz del pasillo y sonaba un constante “tic, tic, tic” por los lados del baño. Cuando yo pensaba que al fin iba a dormir, siento arañones en las piernas, que me arañaban la cara y luego siento que me alaban el cabello; estaba segura que eran los chicos entonces grité:
—YA, BASTA TORY, NO ME MOLESTES, VAMOS A DORMIR.
Entonces ella se despertó y encendió las luces.
—NO HICE NADA —gritó—. Cher, creo que debes verte en el espejo tienes algo que no tenías antes.
—Deja de decir disparatadas y vete a dormir.
—No, no, es en serio, ven a verte.
Entonces mi cara y mis piernas estaban todas arañadas y con sangre ahí fue que me asuste y no sabía qué hacer, tome algunos pañuelos y me quite la sangre. Tory despertó a los chicos y se sorprendieron al igual que nosotras, luego sentimos que algo pasó cerca de nosotros, sonaban puertas y algunas risas estridentes provenientes de la sala, pensamos que habían personas en la casa y tratamos de llamar a la policía pero la línea estaba cortada, y nos asustamos… bueno, ellos se asustaron y yo me puse a gritar y llorar, odiaba esta noche, quería descanzar. Un viento frio sopló entre mis piernas aumentando el escozor de los arañazos y alguien me susurro en los oídos “En el espacio nadie te escuchará gritar” reían de nuevo y decían “Quédate a jugar con nosotros, será divertido” y las risas eran cada vez peor. Siento un que me sacuden fuerte y se me acelera el corazón a la vez que escucho una voz lejana gritando mi nombre “¡CHER, CHER, CHER!” la voz se iba haciendo más fuerte y mi corazón se aceleraba cada vez más y en el momento en que vi los ojos rojos y la sonrisa retorcida mirando mi asustado rostro… desperté.
—¿Qué pasó?, ¿Por qué estoy mojada?, ¿Qué broma me hicieron? Explícame Keitle.
—Estabas gritando como loca después que terminamos de contar la leyenda de “La niña fea del columpio”, y estas mojadas porque tiramos agua sobre ti a ver si despertabas.
Entonces me sentí aliviada y dije:
—Solo fue que me soñé con Mark en calzoncillos, fue horrible.
—¡HEY! Yo soy la cosa más sexy que hay en este lugar, y además… Entonces, vi a alguien sonriendole desde detrás de las hojas del arbol. La misma sonrisa que me acompañó en mi pesadilla…

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