jueves, 30 de julio de 2015

Plebeyos Vs. Príncipes

¿Alguna vez se han preguntado por qué las princesas prefieren a los príncipes? ¿O por qué todos estarían en contra de que la hermosa princesa se enamorara de un plebeyo? Pos... yo sí.
Vale, "no es el dinero lo que cuenta, sino lo sentimi..." ¿QUÉ?
No estamos hablando de dinero cuando se trata de la edad media, sino acceso a educación, acceso a valores, acceso a ¡la princesa! A mi hija le pegaría látigo si me viene con la noticia de que se quiere casar con el que ordeña la leche.
Si soy reina, sea porque he heredado la corona o porque me casé con un príncipe, y tengo una hija bien portada y adorable, no esperaré de ella que se case con una persona que no sabe leer ni escribir. Porque siendo conscientes, en la edad media nadie sabe leer a menos que tenga suficientes ingresos como para comprar la educación, y dígame, si el caballero que pretende a mi hija tiene siete castillos en Francia y dos en Inglaterra, es galante y educado, cortés y simpático, sabe manejar cuentas, una espada, un amigo y un corazón, toca algún instrumento, en su mesa nunca falta comida ni aguamiel y se baña todos los días (o por lo menos dos veces a la semana), no me digas a mí que permitiría que mi querida hija se casase con alguien a quien ella tiene que pagarle la educación y la existencia sólo por un capricho.
Tal vez no sea de la realeza, tal vez sea un noble cualquiera, pero dime ¿cómo llegaste lo suficientemente cerca a ella como para enamorarte? Si en las fiestas a las que he permitido que vaya, se sienta sola como toda una dama hasta que un caballero la invita a bailar, y no cruza tantas palabras con él como quisiera. El misterio que infunde no es una opción para poder decir estar enamorado. Y tampoco me digas que es su físico, porque si es por eso mejor te regalo la pintura del despacho, que te durará muchísimo más.
Entre los "plebes" y los príncipes hay un avismo,  y discúlpame comentarte, no es chiquito. Una de las historias más bonitas de Disney es la de Aladin, pero él sólo pudo llegar realmente a ella siendo un "príncipe", lo mismo para la Cenicienta, la cual para llegar al príncipe tuvo que vestirse de princesa y no abrir la boca, porque de lo contrario... oh hermoso sueño imposible.
Y es que, "pájaros de alas iguales vuelan juntos", sería bastante extraño ver a un águila con una codorniz.

Oh, creo que he sido muy salvaje en esta entrada, expresando más que unas diferencias, todo un concepto social que determina el futuro de una sociedad empeñada en el círculo vicioso, y determinada a juzgar y limitar a las personas de bajos recursos, pocos honores y escasos bienes. Já, incluso yo seguiría el mismo patrón.

Eso fue todo por hoy queridos viajeros de este mundo de historias. Tenía esta entrada pendiente desde hace mucho, pero no tenía idea de cómo desarrollarla por completo.

Con mucho cariño, Ángela.


¡Ahora también en Instagram!

Como sabrán, yo soy una sola (igual que todo el mundo Ángela, duuuh), pero eso es solo en el blog, y en el canal, pues fuera de estos y dentro de la página de facebook, tengo muchos amigos dispuestos a trabajar conmigo para compartir la lectura por todos lados. Pues una amiga llamada Lorena propuso la maravillosa idea de crear una cuenta de Instagram para el grupo de facebook llamado Young Readers. Ahí participamos varios integrantes, y como saben, si yo participo, pues ya es familia de Un mundo de Historias.
Dando click a la imagen se redireccionarán a la cuenta de Instagram.
https://instagram.com/youngreadersrd/
PD: En la página de facebook, como en esta cuenta de Instagram, yo firmo como Azulejos Azules.
PD2: Próximamente se estará actualizando el diseño, pero aun así no abandonará el estilo minimalista que caracteriza Young Readers RD.
"La lectura es lo mismo para la mente, que el ejercicio para el cuerpo"