Arquitectura y arte.

Las personas aprecian su momento de comer,
un buen paisaje,
un buen destino.

Quiero ser la responsable de que el sueño de un viajero sea simplemente estar lo suficientemente cerca y que le produzca un hambre atroz o le prive el aliento.

Quiero que una pareja se pida matrimonio frente a un diseño mío.
Que aparezca en facebook con una frase cliché.
Que sea una de las "nuevas nuevísimas siete maravillas del mundo post-posmoderno".

Quiero que se escriban libros,
que se cuenten historias,
que se dediquen canciones,
que se filmen películas y
que sea el motivo de un fondo verde.

Quiero que se rompan relaciones,
que se griten insultos,
que dejen plantado al muchacho enamorado.

Que sea la escena de un crimen,
un suicidio doble,
una caída trágica,
la muerte de un artista.

Que lo acusen de sobrevalorado por un joven posmoderno,
o de infravalorado por un viajero desconectado,
que gane un premio Pritzker, que sea amenazado con un ataque terrorista,
que los artistas anhelen pintarlo,
que los grafiteros se sientan intimidados por la idea de alterarlo.

Quiero que marque un antes y un después.

 Y quiero ser la responsable de ello.

No quiero que la gente me recuerde,
no quiero que nadie sepa mi nombre,
no quiero que me tomen en cuenta a mí,
no quiero que me pongan de tarea,
ni encontrar mi biografía en internet por una de mis obras,
no quiero que me hagan un altar por mi creación,
quiero que mi creación sea mi trono,
pero no quiero sentarme en él,
quiero que todos puedan hacerlo.

No hay nada más efímero que la vida humana,
pero la historia que se cuenta tras de este es eterna.

Eso quiero,
quiero no ser mencionada en mi historia,
quiero que las personas le presten atención
a sus propios sentimientos producidos por la
representación física de mis trazos,
por el sonido de los pasos dentro de mi idea materializada.

Eso quiero.

Quiero que maraville lo que soy capaz.