¿Perdida yo? Pffftt, naaah. Yo solo desaparecí por... ¿unos pocos días?
Bueno, empezando el tema, me he dado cuenta la necesidad que tengo del simple hecho de saber quién es, o más que saber, conocer por lo menos superficialmente al escritor del libro que vaya a leer, haya leído o esté leyendo. Es como las ganas de enlazar un rostro con una idea.
¿Por qué? No sé, es una muy mala costumbre de parte mía... y tuya si también lo acostumbras a hacer, porque no le debemos dar rostro a una historia; eso limita la imaginación y las ganas del lector de sentirlo en la realidad.
Querer saber de que mente provienen aquellas historias, diálogos y
personajes, y aunque muchas veces no encajan realmente con lo exterior
del autor; podemos garantizar entonces, que las ideas de éste son mas
profundas o superficiales de lo que parece.
¿Cómo haces que una película de terror te deje de dar miedo? pensando que fue escrito por alguien, producido por alguien, dirigido por alguien e interpretado por alguien; y que después de grabar una escena mil veces, fueron a comer donuts y un café ¿Cómo hacer que una película de terror no te deje dormir por semanas? "Una historia de la vida real".
Nosotros no deberíamos saber quien escribe, quien crea, quien imaginó primero tales cosas, porque eso se apodera de la magia de la obra, eso le da un rostro y una identidad a nuestra historia (ya es nuestra, porque nos pertenece desde que la imaginamos como queramos) pero le quita eso que está más allá de las letras, le quita el misterio que tanto alimenta al ser humano.
Hay que reconocer que muchas veces queremos darle el crédito que se merece a ese artista que nos conmovió y nos movió, nos alzó al cielo, y nos dejó caer, haciéndonos saber que todo fue un sueño; y realmente, es apropiado hacerlo, no, es lo mejor hacerlo, ya que las cosas de tu admiración hay que darles el valor que se merecen.
También hay que tener en cuenta que muchas veces el mismo autor escribe distintas maravillas, y por tanto, recibe nuestra fascinación. Una cosa es reconocer, otra relacionar. Cuando hables de las historias, nunca agregues al autor a menos que sea inevitable. Cuando hables del autor, incluye sus historias. Pero cuando hables de la persona, hay algo más profundo que su profesión, y esas son sus ideas y su historia personal.
¿Demasiado dramática, profunda o absurda? Pues, ese es el punto. Espero tu comprensión, ya que mi impulso para escribir esto, fueron mis ganas de expresarme.